Monday 2 August 2010

27-10-09

Los tubos plateados que sostienen las paredes se estremecen con el dolor que hace crujir los huesos anatómicos de aquella que ha parido una generación y las pastillas anti-inflamatorias alivian el predispuesto muscular;
Su enfermedad agrava cada segundo con la amargura vomitiva de sus poros;
Digiriendo el diclofenaco de mala gana convierte sus jugos gástricos en exterminadores temporales de ansiedad;
El cuerpo del huésped se rehúsa a sentir pero el insomnio desvelador eternaliza en alucinaciones oníricas la realidad nocturna, aún persiste el doliente sentimiento yaciendo en un tálamo donde delira la ausencia del amor.

“Me laten las manos mientras des-hago la piel de miles de jengibres con la cuchara”


Némesis.

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